Ayuda a domicilio para personas mayores
Cuando las personas envejecen y van perdiendo facultades, no tienen por qué perder su independencia, ni marcharse de su casa.
La ayuda a domicilio a las personas mayores es un medio para mantener su modo y calidad de vida, sus actividades y su independencia con un apoyo que le permita mantener su agilidad mental, su salud y sus rutinas en el lugar donde más a gusto se siente todo el mundo: nuestra propia casa.
Envejecimiento único
Cada persona envejece a su manera y no podemos tener prejuicios a la hora de afrontar la vejez propia, ni la de un ser querido.
Hay personas que conservan todas sus capacidades físicas, y sin embargo se despistan más, o se olvidan de las cosas. En estos casos, y siempre dependiendo de los grados de desgaste con los que estemos trabajando, se puede necesitar apoyo en la organización de la casa, de las tareas o supervisión de la medicación. También acompañamiento en actividades de ocio, como salir a dar un paseo o tener con quien echarse un dominó.
A otras personas les pasa todo lo contrario, que conservan muy bien sus capacidades mentales pero no se mueven con la misma agilidad con la que lo hacían en su juventud, y sus cuidados pueden incluir ayudas con las tareas de la casa, la higiene personal, los recados fuera del hogar y la lectura.
En otros casos, el deterioro es más paralelo. Pero cada persona es un mundo y antes de comenzar con ningún tipo de ayuda, es necesario evaluar con la persona afectada y con su familia cuáles son sus necesidades particulares.
La relación con la familia de una persona mayor
A todos nuestros mayores les encanta sentirse útiles y queridos. Les gusta saber que aunque su etapa de trabajo ya ha terminado, siguen siendo una mano necesaria para los cuidados del resto de la familia, de los nietos, que su experiencia vital sirve de ayuda al resto de miembros en la toma de decisiones y la jubilación les permite también disfrutar de sus aficiones.
A veces, por querer seguir aportando, no se adaptan bien a la nueva situación de no ser completamente autosuficientes.
Sin embargo, la ayuda a domicilio puede significar el mantener la independencia necesaria para seguir disfrutando de la compañía de los amigos y la familia, disfrutar de las aficiones que se tenían o de descubrir alguna nueva. Pero sobre todo, mantener el estilo de vida que le es propio, apoyando el envejecimiento activo en función de lo que se necesite para conservar la mejor calidad de vida.
Cómo podemos dar apoyo en el domicilio a las personas mayores
Las tareas que se realizan como ayuda a las personas mayores son de muy diversa índole, y se adaptan a cada una de las personas que requieren el servicio.
Estas tareas incluyen:
- Servicios de cuidados básicos: movimiento dentro del hogar, levantarse, acostarse, cambios posturales, aseo e higiene…
- Realización de las tareas domésticas: limpieza, colada y plancha, comida, compra y recados.
- Planificación de las comidas y supervisión de la toma de medicaciones.
- Acompañamientos fuera de casa: a consultas médicas, a la realización de recados personales, a dar un paseo…
- Vigilancia y acompañamientos nocturnos
- Actividades terapéuticas que ayuden a mantener la mayor autonomía y retrasar en la medida de lo posible el deterioro físico y cognitivo.