interna del hogar

Qué hay que tener en cuenta al contratar interna de hogar

Cada vez es más habitual para las familias el contar con una persona que ayude de manera interna en cuidados y tareas domésticas.

El ritmo de trabajo, los horarios y las obligaciones se vuelven incompatibles con los cuidados y hemos de delegar cosas tan básicas como la limpieza del hogar o la realización de las comidas.

Contratar una persona interna, ya sea para el cuidado de mayores y pequeños, o para que se encargue de las tareas domésticas es una cuestión delicada sobre la que hay que tener en cuenta muchos factores. 

No sólo es una persona que va a convivir en la familia y encargarse de los cuidados familiares y asuntos más íntimos, también es una relación laboral con derechos y obligaciones por parte del trabajador y de la familia que es importante conocer. 

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Una relación laboral 

Tener una empleada del hogar interna, ya sea para tareas de cocina y limpieza o cuidado de familiares dependientes tiene asociado una serie de exigencias legales destinadas a la protección y seguridad tanto de la familia y bienes, como de los derechos del trabajador. 

Se trata de una relación laboral y como tal, debe establecerse mediante un contrato de trabajo. Este contrato establece los horarios de trabajo, los descansos, las vacaciones, el salario, etc., teniendo en cuenta lo siguiente: 

  • El contrato puede realizarse de palabra o por escrito. Si tiene una duración mayor a cuatro semanas, deberá ser por escrito.
  • Se rige por el Régimen Especial de Empleadas del Hogar, que regula las condiciones de vida y trabajo.
  • El salario del trabajador no puede estar por debajo de salario mínimo interprofesional (SMI). 
  • Contempla tiempo de trabajo, tiempo de presencia y tiempo de descanso. El tiempo de trabajo efectivo será un máximo de 40 horas semanales. El tiempo de presencia, se refiere a un tiempo en el que el trabajador está disponible, fuera del horario de trabajo efectivo para algún requerimiento. Este tiempo no podrá superar las 20 horas semanales y en caso de ser un tiempo trabajado será remunerado. El tiempo de descanso entre jornada y jornada será de un mínimo de 12 horas. Además el trabajador tiene derecho a 36 horas de descanso consecutivas semanales. En estos periodos de descanso, el trabajador podrá ausentarse del hogar familiar. Además tiene derecho a 30 días de vacaciones que deberán ser acordadas por las partes. 

El trabajador tiene asimismo las siguientes obligaciones: 

  • Cuidar su higiene personal y mantener el orden y la limpieza de su habitación.
  • Respetar el hogar en el que se encuentra, así como todos los enseres en su interior. 
  • Realizar un uso adecuado de los recursos que están a su disposición (agua, luz, teléfono… etc.) con cuidado de no malgastar. 
  • Tener un comportamiento discreto y prudente, manteniendo un riguroso respeto con las personas con las que trabaja y sin facilitar información personal sobre sus empleadores a terceros. 
  • Realizar las tareas asignadas de forma diligente y puntual.
  • Conservar siempre una actitud positiva, que mantenga la armonía en el hogar contribuyendo a un clima de tranquilidad y confianza

La relación personal

Hay elementos en las relaciones que no se pueden medir y que sin embargo están ahí y son tan importantes o más que el número de horas, el salario o las libranzas de un trabajador. Sobre todo cuando hablamos de un trabajador interno. 

Nos referimos a cuestiones como el mimo, el cariño y el saber estar. 

Cuando nos vemos obligados a dejar que otra persona cuide de nuestros familiares o nuestra casa no sólo tiene que ser diligente, tiene que saber tratar con ternura.

Para poder juzgar si la persona que va a convivir con tu familia es la adecuada, es fundamental realizar una entrevista personal que os permita evaluar vuestra compatibilidad, el nivel de empatía y las simpatías que podréis construir a nivel personal.  

Las ventajas de contratar una interna desde una empresa

Cuando hay que establecer una relación laboral hay que conocer todos los pormenores que ésta requiere, como los estatutos, convenios, derechos, obligaciones, documentación, realización de altas y bajas, coordinación en caso de suplencias…. Todo esto tiene que hacerse para combinar los intereses de la familia, el trabajador y el sistema de Seguridad Social y aunque puede hacerse a nivel particular, no es fácil. 

Cuando contratas desde una empresa, te libras de los trámites burocráticos que pueden ser un engorro, y que además pueden significar una importante multa en caso de hacerse mal un pequeño trámite. 

Además la empresa ejerce de mediador en caso de haber algún tipo de desacuerdo entre las partes, para que las posibles desavenencias no influyan en el ambiente del hogar que debe mantenerse siempre armonioso. 

Por último, en caso de ausencia por vacaciones o bajas, una empresa tiene acceso suplentes para que esa falta se note lo menos posible. Esto es especialmente importante en sucesos repentinos, cuando es necesario reponer el personal en cuestión de horas. Una empresa tiene una capacidad de reacción que está fuera del alcance de un particular que contrata por su cuenta.